Rocío López y Miguel Ángel Corrales: “Aguantar juntos por el bien de los hijos es cargarles con una responsabilidad que no les corresponde”

Rocío López y Miguel Ángel Corrales son los fundadores de Creada, un proyecto con el que ayudan a madres y padres a cuidar de sí mismos y sus pequeños durante un proceso de separación o divorcio. Ahora acaban de publicar el libro: 'Separada: un acto de amor hacia ti y tus peques'.

Tanto Miguel Ángel Corrales como Rocío López, son padres de dos hijos, y tras vivir sendas separaciones, han creado su propia familia enlazada y un proyecto denominado Creada, donde ayudan a familias a llevar a cabo separaciones conscientes, donde los intereses de los menores se ponen en el centro.

Además, acaban de publicar ‘Separada‘, un libro en el que nos dan todas las claves para llevar a cabo reparaciones respetuosas.

  • Rocío, Miguel Ángel, ¿qué diríais que es lo más complicado de una separación en la que hay hijos de por medio? 

Rocío: Hacernos a la idea de estar sin nuestros hijos. Aprender a estar sin ellos.  

Miguel Ángel: Y yo añadiría la culpa. La culpa nos invade cuando decidimos separarnos. Venimos de una tradición judeo-cristiana en la que la culpa se ha utilizado como instrumento de sometimiento, y lo llevamos en las venas, y pasa de generación en generación. Pensar que, a causa de decidir separarnos, podemos traumatizar a nuestros hijos, nos llena de culpa. 

 

  • Esa culpa de la que hablas lleva a muchos matrimonios a seguir juntos a pesar de no estar bien, de querer separarse. Sin embargo, vosotros insistís mucho en el libro que “separarse es un acto de amor hacia los hijos”. 

Rocío: Totalmente. No nos damos cuenta del daño que les hacemos cuando están presenciando una relación de pareja que no está basada en el amor, sino en la que hay conformismo, hastío, carencias de afecto e, incluso, violencia (algunas más visibles y otras menos). Nos hemos creído ese discurso que dice que nuestros hijos nos necesitan en pareja, no, nuestros hijos nos necesitan felices. Si podemos tener una relación de pareja basada en el amor que nos da un buen estado emocional, nuestros hijos van a crecer muy sanos emocionalmente, pero eso mismo podemos dárselo sin ser pareja. Lo que necesitan es que cubramos sus necesidades emocionales, y eso podemos hacerlo estando en pareja o separados. Aguantar por los hijos es cargarlos con un peso y una responsabilidad que no les corresponde.

Nos hemos creído ese discurso que dice que nuestros hijos nos necesitan en pareja, no, nuestros hijos nos necesitan felices.

  • ¿Lo que hace daño, más que la separación en sí es una mala gestión de esta separación? 

Miguel Ángel: Exactamente. Por eso nosotros proponemos una separación consciente, la cual parte de dos cuestiones. Por un lado, tomar la decisión desde la responsabilidad, y no desde la culpa. Por otro lado, poner en el centro los intereses de nuestros hijos por encima de los nuestros propios. 

  • Ante una separación surgen muchos miedos: a perjudicar a nuestros hijos, a no verlos siempre, a que entren en la ecuación terceras personas… Entiendo que esto hace que nos hagamos muy pequeñitos, y el miedo hable y decida por nosotros… 

Rocío: Claro, la separación no es un duelo, es el duelo múltiple. Porque conlleva el duelo por la relación de pareja que dejamos de ser, el duelo por la familia que dejamos de ser (porque ya no vamos a ser ese molde familiar estándar que todos deseamos cuando tenemos hijos), el duelo por ese proyecto de vida…Esta es la parte más completa. ¿Cómo se hace? Aceptando la nueva situación y viéndola, y esto es fundamental, como un proceso de crecimiento personal, porque si no nos abrimos a las oportunidades de aprendizaje que nos trae la separación, nos quedaremos ancladas en la culpa. Fíjate, cuando nos convertimos en madres, perdemos la identidad como mujeres, pasando a anteponer las necesidades de nuestras criaturas a las nuestras. Si íbamos a clases de baile, dejamos de ir, si quedábamos a cenar con nuestras amigas todos los jueves, dejamos de hacerlo. Claro, de pronto, nos separamos, y ¿qué aparece? El vacío. El vacío que hemos estado tapando ateniendo a nuestras criaturas. Ya no soy ‘madre de’ ni ‘pareja de’. Y ahora tengo que volver a estar a solas conmigo misma.  

La separación no es un duelo, es el duelo múltiple. Porque conlleva el duelo por la relación de pareja que dejamos de ser, el duelo por la familia que dejamos de ser y el duelo por ese proyecto de vida que dejamos atrás

  • En el libro contáis vuestra experiencia. ¿Cómo cubrísteis vosotros ese vacío del que habláis? 

Rocío: Yo recuerdo la sensación de, por un lado, alivio por no tener que estar todo el día cuidando y, a la vez, el dolor desgarrador de estar sin mis hijos. Me podía haber quedado ahí, pero elegí abrirme a otros aprendizajes, y esa es la clave. A día de hoy, te puedo decir que es un regalazo enorme, porque quién se abre, se encuentra con la posibilidad de cuidarse y nutrirse gracias a los espacios libres que te deja la separación. Y la gente me pregunta: ¿y la relación con tus hijos ha cambiado desde que te separaste? Y la respuesta es sí, pero a mejor. ¿Por qué? Porque cuando no estamos con nuestros hijos, nos ocupamos mucho de satisfacer nuestras necesidades y deseos, de atendernos y cuidarnos. Entonces, cuando ellos llegan, la calidad que podemos ofrecerles es muy amplia. Algo que no podíamos hacer antes, porque en este país la conciliación no existe.

Portada del libro ‘Separada’. Ed.Destino

Miguel Ángel: No se trata de esa dicotomía entre la calidad y la cantidad, sino que el tiempo que pasamos con ellos sí es cierto que tiene mucha más presencia y consciencia. En nuestro caso, nos organizamos para realizar todas las tareas personales cuando ellos no están, así, cuando estás con ellos, puedes estar más presente.  

  • ¿Qué aprendizajes positivos puede sacar un niño o una niña de la separación de sus padres?

Miguel Ángel: Yo lo resumiría en uno, que tiene que ver con el ejemplo. Una separación enseña a los niños que si uno no está donde quiere estar, se puede ir. Que la vida son elecciones, y que hay que tomarlas. Y esto lo van a aprender viéndonos a nosotros. Y que una familia no solo tiene un molde, sino que puede tener varios tipos de moldes.

  • Rocío: Yo estoy muy orgullosa de que mis hijos ahora mismo son testigos de una relación de pareja basada en el respeto, en el amor, en las muestras de cariño, en la tolerancia, la libertad… Valores muy importantes que en la relación que teníamos su padre y yo no podían ver. No podían ver porque no existía. Cuando ellos viven en casa relaciones carentes de amor, es lo que aprenden como modelo de pareja, y es lo que van a tender a reproducir cuando sean adultos. Y también me enorgullece pensar que ahora tienen una madre que es feliz, y esa felicidad repercute en ellos muy positivamente.

Decís en el libro que aguantar por los hijos es cargarlos con una responsabilidad y un peso que no les corresponde.

  • Habláis de la necesidad de hacer separaciones conscientes y respetuosas por el bien de los hijos, pero ¿y si la otra parte no está por la labor?

Miguel Ángel: No pasa absolutamente nada. Tú tienes que hacer tu parte de la mejor forma posible sin dejar que te influya cómo lo está haciendo la otra persona. Te voy a poner un ejemplo que no tiene nada que ver con la separación. Tus hijos, cuando van a casa de sus abuelos, puede que tengan unas normas diferentes a las que tienen cuando están en tu casa, pero eso no te lleva a ti a cambiar las reglas por las que os guiáis en casa, ¿verdad? Cuando un niño tiene dos casas, porque sus padres se han separado, también seguramente tenga dos modelos educativos diferentes, pero esto, lejos de ser un problema, es fuente de riqueza.

Rocío: Una separación consciente no es algo idílico, hay problemas. Pero está claro que si hay una de las partes que entra en su ego, en sus heridas… y no pone las necesidades del niño en el centro no es tan grave como cuando lo hacen las dos partes, porque entonces nadie piensa en el niño.

  • Decís en el libro que “cuando una relación de pareja termina la familia no se rompe, sino que cambia de molde”. ¿Cómo debería ser a partir de ahora la relación con esa otra persona?

Rocío: Hay que tener muy claro que, aunque esa persona ya no es tu pareja, sigue siendo el padre o la madre de tus hijos. ¿Eso quiere decir que tiene que haber una relación estrecha? No, pero tiene que haber un respeto real, respetando el lugar que ocupa esa persona en el corazón de mis hijos. Pero ojo, si hay que poner límites, se ponen. Nosotros en Creada nos encontramos casos de mujeres que ceden a chantajes de sus ex parejas por el supuesto bien de sus hijos, cuando en realidad lo que le están transmitiendo a sus hijos es un modelo de sometimiento. Una cosa es poner los intereses de tus hijos en el centro, y otra muy diferente es dejarte someter por la otra persona.

 

Respeto. Aunque esa persona ya no es tu pareja, sigue siendo el padre o la madre de tus hijos.

  • ¿Cuál es el error más común que cometemos las madres y padres cuando nos enfrentamos a una separación con hijos de por medio?

Miguel Ángel: Instrumentalizar a los hijos. Igual que tenemos que respetar el rol que sigue cumpliendo nuestra ex pareja en la vida de nuestros hijos, también tenemos que respetar el rol que cumplen nuestros hijos en el sistema familiar. Y eso conlleva no utilizarlos como arma arrojadiza y, por supuesto, no hacerlos partícipes en aquellas decisiones para las que no están preparados. Tampoco establecer alianzas con ellos basadas en heridas que aún no hemos sanado, ni dejar que hable por nosotros nuestro dolor.

Rocío: Y cuidado con ponernos en el papel de víctima. Debemos asumir nuestra parte de responsabilidad.

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María Dotor

Tener solo unas líneas para presentarse no es fácil. Espero hacerlo bien 😉 Soy periodista y amante de la educación. Una de mis frases favoritas es: “La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo” de Paulo Freire. Por eso creo que es tan importante tomárnoslo en serio. Por eso, y porque educar es el más apasionante e importante de los viajes. ¿No crees?

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