Ya están aquí las Navidades y, con ellas, los vídeos emocionantes con poderosos mensajes sobre la familia. Y este que compartimos hoy es uno de ellos. Una adolescente que adora bailar y un padre que parece no atenderla protagonizan este vídeo, que deja claro que nuestros hijos son nuestros espejos y que nos hace preguntarnos: ¿Qué papel quieres tener en la pasión de tus hijos? Un vídeo que seguro que os encanta, y a vuestros hijos adolescentes también.
“Se están llevando el tiempo”
Sin duda, la vida de padres y madres hoy en día no es la ideal, como dice Alberto Soler, en lugar de conciliación vivimos una gincana. Y además, con los móviles, parece que tenemos que estar 24 horas disponibles para temas de trabajo o que, con las nuevas tecnologías, que nos llevan a subir “fotos a Instagram mientras estoy con mis hijos, hay un problema del control del aquí y del ahora, de disfrutar del momento sin esperar a un resultado de hoy para mañana.Necesitamos recuperar y controlar el tiempo de ahora. Nos está pasando un poco como a los hombres de gris de Momo, se están llevando el tiempo”, tal como nos dice Mar Romera, que estará mañana con nosotros en nuestro encuentro.
Que la prisa no nos haga insensibles
Sin embargo, en este vídeo un padre demuestra que, a pesar de las interrupciones de las llamadas de trabajo, a pesar de las tareas del hogar, a pesar de las muchas tareas que nos apremian en el día a día, el padre estaba ahí y la miraba, quizá sin que su hija se diera cuenta, y la apoyaba y no despreciaba su pasión como una tontería o una pérdida de tiempo. Por eso, viendo este vídeo nos acordamos de una estupenda frase que nos dijo Mar Romera y que es bueno tener presente: “Mis hijos tienen que ver que no soy insensible porque tengo prisa”. Quizá el problema de este padre es que la hija no pudo ver que no era insensible hasta que él salió del patio de butacas a apoyar a su hija.
Son nuestro espejo
Si os fijáis, este emocionante vídeo tiene otro potente mensaje: nuestros hijos son nuestro espejo, porque hasta que el padre no se puso en movimiento la chica no salió de su bloqueo. Nuestros hijos nos aprenden a nosotros, como también nos dijo Mar Romera. De modo que sería interesante tener mucho cuidado con la imagen que queremos proyectar: ¿resignación o ganas de superarnos?, ¿pesimismo u optimismo?, ¿conexión o indiferencia?, ¿presencia o ausencia presente? Esta idea de que somos sus espejos y de que tenemos un papel casi determinante en sus pasiones nos puede dar idea de la enorme responsabilidad que tenemos entre manos. Pero es una responsabilidad apasionante, que nos anima a crecer al lado de nuestros hijos, aprendiendo de ellos. ¿Vamos a ello?