Os presentamos un cortometraje precioso de Javier Fesser, director de Mortadelo y Filemón. Se trata de Binta y la gran idea, una película de 30 minutos de duración puesta en marcha en colaboración con Unicef en la que Binta, una niña pequeña de Cassamance, en el sur de Senegal, nos cuenta que su padre, un pescador, ha tenido una gran idea después de conocer cómo viven los europeos o tubab. Y por otro lado, Binta nos cuenta con tristeza cómo su prima mayor, Soda, no va a la escuela porque su padre cree que las chicas deben ayudar en casa y no recibir educación. Esta película es un canto precioso a la solidaridad y a la alegría y un homenaje a la educación como motor de construcción de un mundo mejor.
Creemos que esta película nos invita a incorporar ideas que pueden ser de gran interés para educar mejor: la empatía (al ponernos en el lugar de Binta y Soda y al ver cómo el padre se pone en el lugar de un europeo, sometido a un ritmo frenético), el asombro por el entorno (pues Binta nos cuenta de su entorno con ojos de recién nacida, asombrada por lo que ve), el compromiso social (pues vemos una representación de teatro con un debate posterior para abordar en la comunidad la reivindicación de que las niñas asistan a la escuela) y la sonrisa, perenne en los protagonistas de esta película. Además es digno de subrayarse el hecho de que nos presente una historia de África respetando la dignidad de los protagonistas y compartiendo ideas de su rica cultura y de su imaginario.
Aquí tenéis algunas de las palabras de la película, verdaderas perlas para educar en la solidaridad:
«Mi padre dice que todos los niños del mundo tienen derecho a educarse en un espíritu de amistad, de tolerancia, de paz y de fraternidad. Todos los niños, incluso los tubab».
«Mi padre dice que debemos aprender del comportamiento de los pájaros. Los pájaros son tan listos que toman lo mejor del norte y lo mejor del sur».
«Si seguimos el camino que el primer mundo nos marca corremos el riesgo de que los hijos de nuestro hijos se queden sin peces, sin árboles, sin aire…y en el afán de acumular bienes nos lleve a perder el sentimiento de solidaridad y que el miedo a perder las riquezas acumuladas nos lleve a destruirnos entre nosotros. Es por ello que quiero aportar mi pequeño grano de arena, solcito iniciar los trámites de adopción de un niño tubab. Ya destetado, a ser posible, para que pueda aquí desarrollarse como persona y adquirir los conocimientos necesarios para ser feliz en nuestra humilde comunidad». (De la carta que el padre de Binta entrega a las autoridades)
Aquí tenéis la película completa. ¡No os la perdáis!
Binta y la Gran Idea from Tus Ojos on Vimeo.