Puede que nunca hayas escuchado este término, pero seguro que a lo largo del artículo puede que descubras que tu hijo o hija tiene una dificultad de aprendizaje llamada TANV. Estas siglas significan Trastorno del Aprendizaje No Verbal y afecta principalmente a las habilidades psicomotrices.
¿Qué es TANV?
El Trastorno del Aprendizaje No Verbal se manifiesta a través de algunas de estas características según La Asociación Nacional de afectados por el Trastorno de Aprendizaje No Verbal:
- Dificultad para orientarse.
- Dificultades en la motricidad fina y gruesa, lo que les hace ser niños un poco torpes.
- Les cuesta entender la ironía.
- Las matemáticas o dibujar planos y formas son sus debilidades.
- Dificultad para descifrar los gestos, miradas, doble sentido…
- Dificultades en la lectura y escritura, ya que son bastante lentos en la comprensión.
- Les cuesta enfrentarse a situaciones nuevas.
¿Cómo es un niño con Trastorno del Aprendizaje No Verbal?
La Asociación Nacional afectados por el Trastorno de Aprendizaje No Verbal menciona que, durante sus primeros meses de vida, los bebés TANV se caracterizan por ser muy tranquilos. No se mueven en exceso, tienen problemas de equilibrio y comienzan a andar más tarde lo esperado.
Según van creciendo, sus dificultades van cambiando con ellos. José Ramón Gamo, neuropsicólogo, menciona en el curso ‘Dificultades de aprendizaje: claves para educar en familia’ que tienes a tu disposición en Educar es Todo, que tendrán problemas relacionados con:
- La motricidad fina como, por ejemplo, para abrocharse el baby o para empezar a coger el lápiz cuando se inician en la escritura. Esto es fácil observable en casa, sobre todo cuando se ponen a pintar o colorear, hacer la pinza con los dedos les cuesta muchísimo.
- La motricidad gruesa. En este caso, sus dificultades se centran en el equilibrio, la marcha, los saltos, etc. En definitiva, suelen ser bastante torpes, por ejemplo, se dan con las esquinas, tiran cosas cuando quieren coger otras o se tropiezan con facilidad.
- La orientación espacial. A la hora de jugar les cuesta mucho hacer puzles, construcciones, rompecabezas, montajes de piezas… Esto se debe a su problema con la orientación espacial, algo que también le afecta a la hora de pasear y hacer un recorrido nuevo. En definitiva, se pierden con muchísima facilidad y no se orientan.
- Actividades deportivas. Esto les afecta principalmente a los niños y según van creciendo, porque tal y como menciona José Ramón Gamo, es su principal forma de socializar.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo con TANV?
A continuación, dejamos algunas propuestas que nos hace José Ramón Gamo sobre cómo ayudar a nuestros hijos con las tareas si tienen TANV:
1. Especificar los patrones de información. Es decir, ayudarles a identificar en los enunciados las palabras clave para saber qué deben hacer.
2. Informar al centro sobre esta dificultad. Es un trastorno del neurodesarrollo poco conocido, por lo que en muchos centros no saben cómo actuar ante esta dificultad. Lo mejor es poner el día al profesorado, comunicarnos y llegar a acuerdos para dar una respuesta adecuada.
3. Ayudarles con el dibujo geométrico. Sobre todo, llegada la adolescencia dibujo técnico forma parte de los contenidos a tratar. Necesitan que desde casa estemos a su lado y lo hagamos con ellos.
4. Ayudarles a saber cuando se trata de ironía o doble sentido.
*Recuerda que puede conocer más sobre las Dificultades en el aprendizaje de los niños en el curso de José Ramón Gamo: ‘Dificultades de aprendizaje: claves para educar en familia’.