Alba Alonso es responsable de Realkiddys, una iniciativa que pretende contribuir a educar por la igualdad de género. En un momento en el que nuestras casas se han inundado con catálogos de juguetes con secciones bien diferenciadas por colores (rosas y lilas para niñas, especialmente) y en los que no aparecen niños jugando a ser padres ni niñas jugando con coches. ¿Son los catálogos de juguetes sexistas?.
Alba nos anima a reflexionar sobre las repercusiones que este sexismo tiene en el juego y la educación de nuestros hijos y nos invite a “que sea tu niña o niño el que decida sus mundos, que no sean sus juguetes los que decidan por ella o él” y a dejarles bien claro que “los juguetes son para todos y que tienen derecho a escoger aquel que les guste más independientemente de su sexo ¿No es más divertido poder escoger entre 100 juguetes que entre solo 50?”.
¿Son los catálogos de juguetes sexistas?
Me cuesta mucho decir esto en las Navidades 2017/18 pero la respuesta es rotundamente sí. Los juguetes siguen estando claramente divididos por sexos en los catálogos. Ya no hay secciones que digan “para niños” o “para niñas” porque en realidad no hace falta. Nos han machacado visualmente durante tantos años con los colores que solo hay que ver algo rosa para identificarlo rápidamente con las niñas. Y casi todo lo no-rosa o no-malva-lila-violeta-fucsia-morado-berenjena… con los niños.
Si no ¿por qué la sección de muñecas no es verde?, ¿amarilla?, ¿naranja?, ¿roja? Porque estas tonalidades se usan prácticamente de manera exclusiva en el mundo de los niños. En la actualidad, los colores siguen llevando a cabo esta división binaria aunque sea de manera implícita. Y en este absurdo binarismo encontraremos además no solo diferentes gustos o aficiones sino también roles y profesiones.
Pongamos un ejemplo: todo juguete relacionado con las tareas del hogar será de “color niñas” y consecuentemente solo aparecerán niñas representadas jugando con ellos. Todo juguete relacionado con el mundo de los drones o la robótica será de “color niños o más bien no-niñas” y aquí solamente tendremos a varones dominando el último juguete tecnológico.
Desde que trabajas en estos temas, ¿has visto alguna evolución o mejora en estos catálogos? ¿Alguna buena práctica interesante?
En nuestro país hemos sido rompedores en lo que a catálogos de juguetes y estereotipos se refiere gracias a firmas como Toy Planet. Y no me importa hacerle publicidad porque creo que han dado un gran paso hacia adelante en cuanto a la ruptura de estereotipos de género. Este año han vuelto a hacerlo y la repercusión mediática que han tenido a nivel internacional ha sido increíble.
Lo interesante sería que estos cambios no se quedasen únicamente en pequeñas prácticas sino que todas las firmas jugueteras tomasen buen ejemplo.
Resulta peculiarmente extraño, pero aunque el avance de la sociedad en cuanto a materia de igualdad de género es bastante lento, ¡incluso va más rápido que los propios catálogos de juguetes!
“A nadie le extraña ver a un hombre con un carrito y su bebé por la calle. Sin embargo todavía nos sigue llamando la atención ese niño que juega con una muñeca y una sillita de juguete (en especial si esta es de color rosa…)”.
Y todos contribuimos a ello, que no nos quepa duda… En las escuelas de infantil niños y niñas juegan con todo tipo de juguetes. En muchas casas no, porque ni los tienen, ni parece que los vayan a tener…
¿Por qué este sexismo perjudica la educación y el juego de nuestros hijos?
“A través de esta diferenciación sexista entre juguetes les estamos “vendiendo” diferentes historias a nuestros hijos. Tanto a ellos como a ellas les estamos contando que lo primordial para las niñas es estar guapas, limpiar la casa y cuidar del bebé. Pero también que lo primordial para los niños es ser arriesgados, valientes, líderes y muy activos. Lamentablemente estas opciones son excluyentes. Niñas y niños no pueden acceder a ambos mundos, porque según el marketing juguetero su sexo te lo impide”
Una vez estas ideas de lo que es adecuado o correcto para cada uno según su sexo están asentadas en la mente de nuestra infancia, es realmente difícil hacerles ver más allá.
Pensemos en el mundo STEM (Science, Techonology, Engineering, Mathematics). Diferentes estudios estadísticos nos confirman que cada vez son menos las niñas que se animan a escoger este tipo de estudios o salidas profesionales. ¿Y si en vez de invertir en programas a nivel nacional que animen a las niñas a acercarse al mundo de la tecnología no las desanimáramos de pequeñas con sus juguetes, por ejemplo?
Otro gran inconveniente de jugar con un solo tipo de juguetes es la falta o total ausencia de la práctica de determinadas habilidades. La más obvia probablemente sea la del lenguaje. En el juego simbólico, desarrollado casi siempre desde los juguetes dirigidos a las niñas, se motiva a los niños a desarrollar su vocabulario, sus expresiones y su creatividad oral. Esto no ocurre en el pasillo de los juguetes no-rosas donde apenas hay diálogo. Aquí encontraremos solamente onomatopeyas relacionadas con la velocidad, los golpes, los animales o las peleas.
Para resumir, limitando sus juguetes a “rosas” o “azules” estaremos limitando sus mundos presentes y futuros, además de muchas habilidades.
¿Cómo podemos hacer frente a esto desde casa?
De dos maneras muy sencillas. La primera es interviniendo con el diálogo cada vez que escuchemos de nuestros hijos frases del tipo: “ese juguete es de niñas”. Que tengan muy claro que los juguetes son para todos y que tienen derecho a escoger aquel que les guste más independientemente de su sexo ¿No es más divertido poder escoger entre 100 juguetes que entre solo 50?
Este diálogo o debate también puede llevarse a cabo con catálogos de juguetes y anuncios publicitarios. Lamentablemente, todavía existen muchas oportunidades para hablar del sexismo a través de los juguetes y sus consecuencias negativas.
La segunda manera de ayudar desde casa es pasando a la acción. No vale solo con decir los juguetes son para niños y niñas si luego nunca les damos a nuestros hijos e hijas oportunidades para jugar con algunos de ellos. ¿Cuántas muñecas le has regalado a tu hijo? ¿Cuántos balones de fútbol o coches a tu hija?
¿Qué pasa si nuestro hijo rechaza jugar con muñecas “porque es de niñas”, cómo podemos contestarle para educar en igualdad?
Explicándole, tal como he indicado en la respuesta anterior, que no hay juguetes de niños o de niñas. Que nadie ha de decidir por él qué le puede gustar y qué no. Es aconsejable además mostrarle imágenes de niños jugando con muñecas (hay pocas pero las hay) para que vean que es verdad, que no nos lo estamos inventando. Aquí podéis ver uno de los vídeos que uso en mis talleres coeducativos en los colegios. La imagen a veces cala mucho más que las palabras porque proporciona veracidad al mensaje.
Para finalizar esta entrevista quiero que os quedéis con estas palabras: “Que sea tu niña o niño el que decida sus mundos, que no sean sus juguetes los que decidan por ella o él”.