El autocuidado no es una moda, rotundamente no. El autocuidado es una necesidad, no un capricho. Parece que dedicarse un tiempo a uno mismo es egoísta y un delito. Y más si tienes hijos, porque claro, los hijos siempre van primero.
Esta forma de entender el autocuidado es muy dañina. Por eso, me gustaría dejarte una reflexión partiendo de la premisa que he mencionado en el primer párrafo: es una necesidad.
Cuando se habla de autocuidado, estoy casi segura de que te imaginas en ratos de gimnasio, paseos en soledad, viajes, masajes o un spa. Y está genial que lo veas así, pero me pregunto, ¿cuánto tiempo real tenemos para ello? Cuando lo necesitamos, ¿podemos paralizar nuestro mundo para dedicarnos a ese rato de autocuidado?
Ahora te planteo otra pregunta: ¿En cuántas ocasiones no sientes ese autocuidado como una obligación?
Debería cuidarme… Debería salir más… Debería ir a la peluquería… Debería arreglarme más… Debería comer más… Un sin fin de “deberías” (obligaciones) que añadimos al carrito de nuestros “to does” diarios. En ese momento, dejan de ser parte de tu autocuidado.
Para elegir un momento de autocuidado consciente son necesarias dos cosas:
1. Que sea una elección personal
Si elegimos sin comparar, sin entenderlo como bueno o malo, bien o mal, etc. atenderemos mejor nuestras necesidades del momento.
2. Que dicha elección se adapte a nuestra realidad
Si no idealizamos y nos adaptamos al momento vital por el que estamos atravesando será todo más sencillo y la culpa nos dejará en paz.
¿Qué acciones también son de autocuidado?
-Taparme con una mantita cuando tengo frío.
-Tomar un café o un té caliente.
-Darnos un baño refrescante más largo de lo habitual.
-Extender la crema diaria con más suavidad y consciencia.
-Parar y respirar profundo.
-Hablarme bonito.
Son acciones, en apariencia sencillas, que nos cuidan, protegen y nos hacen sentir bien. Esta sería para mí la definición de autocuidado consciente.
¿Qué consecuencias tiene no cuidarse?
Cuando no nos priorizamos y nos dejamos para lo último, estamos constantemente mandando a nuestro cerebro mensajes negativos: no vales, no eres suficiente, no eres merecedora… y esto, mantenido en el tiempo, tambalea nuestra autoestima, nuestra salud mental se resiente, nuestra gestión emocional no es funcional, nuestro sistema inmune está en alerta y nuestras respuestas serán desbordadas en muchos casos.
¿Necesitas más motivos para priorizarte y empezar ya a reservarte momentitos de autocuidado real y consciente? Si tus creencias limitantes te lo impiden y boicotean, pide ayuda a un profesional. Recuerda que en el ebook gratuito “Conecta contigo, rebaja tu autoexigencia, disfruta de tu maternidad”, que encontrarás en mi web, tienes varios ejercicios que te pueden servir como punto de partida.
