Hablar de sexo con nuestros hijos parece que sigue siendo tabú. Pero lo cierto es que la educación sexo afectiva se torna más importante que nunca hoy en día. Es importante enseñar a poner límites a nuestros hijos desde bien pequeños, además de que puedan ser capaces de expresar sus emociones y sentimientos sin ambages ni culpas. Lara Avargues, sexóloga y terapeuta de pareja, nos da algunas pautas y nos avanza lo que será su ponencia el próximo 11 de marzo en nuestro evento de Las Palmas de Gran Canaria.
¿Por qué nos cuesta hablar de sexualidad y afecto con nuestros hijos?
Hablar de sexo siempre ha sido un tema tabú en nuestra sociedad, un tema escondido que se silenciaba o se trataba desde la culpa o la instauración de miedos. Por tanto, la mayoría de personas no hemos recibido una educación sexual de calidad. Esto ha generado mucho desconocimiento y diversas emociones que han promovido un concepto negativo y limitado de la sexualidad, estableciendo determinadas creencias erróneas que dificultan hablar del tema. Es decir, tanto la falta de información como las emociones de rechazo asociadas a la sexualidad, provocan, en muchas familias, sentimientos de miedo e inseguridad; y convierten, el hablar de sexo con nuestros hijos e hijas, en una tarea muy complicada.
“La falta de información y el rechazo asociado a la sexualidad provoca inseguridad y convierte el hablar con nuestros hijos en una tarea complicada”, Lara Avargues
¿Desde que edad es conveniente hacerlo?
Las personas somos seres sexuales desde que nacemos. Por esto, es necesaria una educación sexual integrada y adaptada durante la crianza. Es decir, una orientación educativa que contemple la sexualidad en todas sus facetas. Por ejemplo, desde que son pequeños y pequeñas usar la palabra vulva o clítoris, igual que señalamos lo que es un brazo o un pie.
En definitiva, hablar sobre sexualidad debe ser una conversación integrada en la vida de los niños y niñas desde la naturalidad.
¿Cómo podemos afrontar una educación sexo-afectiva desde bebés? ¿Con qué herramientas teniendo en cuenta su edad y su expresión comunicativa?
Como hemos comentado, la educación sexual debe estar adaptada a la edad y a la comprensión de la persona. La educación sexual también habla de afectos y vinculaciones sanas como un aprendizaje preventivo para una buena autoestima y unas relaciones futuras sanas. Es decir, en los inicios de un niño o niña, aquello importante es la consciencia corporal como protectora de una buena autoestima corporal y el aprendizaje de límites, como el trabajo familiar en el apego y la pertenencia emocional del bebé.
Además, la educación sexual desde edades tempranas y adaptada, ayudará a promover un ambiente de confianza y apoyo en la familia, además de actuar como herramientas de prevención para que, futuras situaciones, se vivan con mayor autoconfianza y seguridad.
¿Cómo podemos acompañarles nosotros como padres?
Lo más importante es crear un buen clima de comunicación que cultive la confianza y trabaje la proximidad con un lenguaje claro y sencillo a través de la escucha y el respeto. Es decir, un ambiente que no imponga el dialogo, que respete sus ritmos y donde nuestros hijos e hijas perciban que lo que cuentan nos interesa y nos importa. Además de eso, es importante estar en sintonía con uno mismo y darse tiempo a informarse y reposar distintas emociones sobre el propio concepto de sexualidad para dar educación sexual.
No obstante, si resulta muy complicado manejar la situación, se puede consultar a un profesional de la sexología que os pueda acompañar, o consultar bibliografía especifica sobre la temática.
¿Qué hacemos cuando nos hacen una pregunta que no sabemos cómo contestar? Muchas veces los padres no sabemos si estamos respondiendo y actuando de la manera correcta.
Las preguntas son oportunidades para abordar temas que inquietan o que generan curiosidad sobre la sexualidad en nuestros hijos e hija.
Además de eso, es importante darnos permiso a no saber, pero sobre todo a compartirlo con ellos desde la honestidad y la claridad. Podemos buscar información profesional sobre los diferentes temas de educación sexual; incluso, se pueden buscar conjuntamente esas dudas o decirles cómo se han resuelto.
Es decir, estar receptivo a estas preguntas potencia el debate, el aprendizaje conjunto y, por ende, la unión familiar.
En definitiva, lo más importante es entender que las familias no sois fuentes inagotables de conocimiento, y menos si no habéis recibido educación sexual, sino que es más importante ser un puente de apoyo que respete su ritmo y su proceso, estando ahí cuando necesiten cruzarlo.
“Las familias no son fuente inagotable de conocimiento, y menos si no han recibido educación sexual”, Lara Avargues
Siempre hablamos de la importancia de la educación en valores, educación emocional, pero nos olvidamos de la educación sexual, ¿crees que va encontrando el hueco que merece?
La educación sexual tiene como objetivo principal educar en valores de igualdad y respeto, además de ayudar al bienestar psicológico y social de la persona, generando un concepto más positivo y real de la sexualidad y las relaciones.
Creo que, gracias a diferentes movimientos como el feminista, poco a poco va teniendo más importancia en algunos ámbitos sociales y educativos. No obstante, sigue habiendo una idea muy limitada de la educación sexual que dificulta su instauración en todos los agentes socializadores.
Acompáñanos el próximo 11 de marzo en el Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria.
