Por qué el conflicto entre nuestros hijos puede ser beneficioso para ellos

Los conflictos entre nuestros hijos e hijas a veces pueden llegar a convertirse en momentos muy tensos en familia. No hay casa que no se libre de las peleas, pero cuando son con nuestros hijos nos pueden llegar a poner más tensos a nosotros mismos.

Seguramente pienses que es mucho mejor que tus hijos no se peleen, que estén en paz y se lleven bien. Y sí, todos queremos que haya tranquilidad en casa, pero dejar que nuestros hijos se peleen de pequeños les va a permitir desarrollar ciertas habilidades que de otra manera no obtendrían.

Por qué es bueno que se peleen

Cuando dos personas se pelean existe una causa, el conflicto y la solución. Las peleas entre hermanos son una práctica estupenda para los conflictos que se van a encontrar nuestros hijos de mayores. Las peleas les permiten adquirir las siguientes habilidades, según la experta Amaya de Miguel, creadora de ‘Relájate y educa’ en nuestro curso Rabietas y límites desde el respeto

  • Llegar a negociaciones: las peleas permiten que ellos mismos lleguen a consensos y negociaciones. En el consenso una de las partes realiza una propuesta y la otra está de acuerdo, por lo que no hay diferencias entre la idea de una parte y de otra.
  • Poner límites: nuestros hijos están aprendiendo a poner límites a otras personas, y a hacerlos respetar. No permitimos que una persona, incluso que nos quiere, sobrepase ese límite que hemos puesto.
  • Defender lo que es nuestro
  • Decir que no: el no es una herramienta poderosa para nuestros hijos, y les va a ayudar a marcar esos límites.
  • Aprender a ceder y a cooperar: En esos acuerdos que lleguen a pactar con sus hermanos, seguramente alguno de ellos va a tener que ceder y así cooperar para que el conflicto se solucione.

Amaya también señala que si nuestros hijos nunca se pelean, puede haber un motivo detrás: puede que no lo hagan para no ponernos tristes, porque saben que si hay pelea entre ellos, les vamos a poner un castigo mayor… Por eso, la experta remarca que debemos permitirles que “expresen que a veces no quieren estar con sus hermanos o que quieren molestarlos”. Aunque resalta que, si las peleas son excesivas, ahí debemos tratarlas como un problema que hay que solucionar.

Cómo gestionar las peleas cuando son contantes

Debemos ver cuándo es necesario intervenir en las peleas y cuando no. Amaya de Miguel apunta que cuando hay humillaciones y golpes fuertes debemos intervenir. Cuando se interviene, no debemos ser el juez y decir, tú tienes razón y tú no. Nuestra misión es parar la batalla y separarlos. Después hay que convertirse en un mediador, para que poco a poco ellos mismos vayan encontrando las soluciones.

Cuando estés mediando, se les puede enseñar a hablar desde el yo. Por ejemplo, yo me siento mal porque estaba con el móvil y me lo has quitado de la mano. En esta familia tenemos una norma que es que no se quita nada de la mano. ¿Me lo puedes devolver? La otra persona puede decir: yo me siento mal porque no me dejas tener el móvil y acordamos que lo íbamos a compartir. De esta forma, tus hijos están hablando de las emociones que les ha generado el conflicto y pueden ser asertivos el uno con el otro.

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Alicia Mendoza

En el camino a convertirme en periodista y comunicadora audiovisual descubrí que hay varios valores que quiero que acompañen siempre a mis palabras: el compromiso, la verdad y la igualdad. Valores que también aplico a mi día a día para contribuir a una sociedad cada vez más justa. La educación, los feminismos, los cuidados y los vínculos emocionales conforman los pilares sobre los que me formo cada día.

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