“Tenemos que observar a nuestros hijos, escucharlos, y aprender de ellos. Es muy importante cuidarlos”, dice la profesora Carmen Guaita. Conviene subrayar que cuidar de ellos no solo significa proporcionarles atributos materiales, como, por ejemplo, ropa y caprichos que deseen. Cuidar de nuestros hijos denota proporcionarles cariño: sin reproches ni chantajes.
Ser madres o padres no siempre nos convierte en superhéroes para nuestros hijos. Además, tampoco nos convierte en sus dueños, ni se nos debe respeto y adoración hagamos lo que hagamos. Porque, aunque nos cueste reconocerlo, no tenemos la verdad absoluta y también nos equivocamos. “Tenéis que decirle a vuestro hijo cuánto significa para vosotros y, demostrárselo”, explica Carmen Guaita. Debemos ser conscientes del valor de la familia porque, como nos dice nuestra experta, es “nuestro mayor tesoro”.
¿Y qué significa valorar a nuestra familia? Respetarla y cuidarla de forma sana. No podemos dar por hecho que nos tienen que querer o respetar, sino que tenemos actuar de forma correcta para merecérnoslo. Porque frases como: “soy tu madre y me tienes que hacer caso” no nos van a ayudar a perpetuar el vínculo. Por otra parte, al predicar con estas palabras reproducimos una conducta toxica en el núcleo familiar. Un acto que puede afectar gravemente a nuestros hijos. Recurrir al chantaje emocional para que nos respeten o nos quieran no nos ayudará a poner límites con ellos, incluso sucederá todo lo contrario.
“Si educamos a nuestros hijos con chantaje, aprenderán a conseguir lo que quieran practicando la misma estrategia”, nos comenta el profesor Francisco Castaño. Por lo que podemos ver, actuar de tal manera no solo nos impedirá ganarnos el cariño y respeto de nuestros hijos, sino que haremos que nuestro pequeño siga nuestros pasos.
¿De qué manera podemos ganarnos el respeto y cariño de nuestros hijos? Cambiando de modelo educativo
El psicólogo Álvaro Bilbao nos habla de otra alternativa, un modelo educativo beneficioso para nosotros y para nuestros hijos. Se llama la disciplina positiva. Es un modelo que trata de erradicar los castigos, chantajes y actitudes tóxicas en la familia. Este modelo educativo proviene de Jane Nelsen, una educadora y psicóloga que dice que educar de forma positiva, mediante el respeto y el cariño, “hará que el vínculo con nuestros hijos sea más fuerte”. Este modelo educativo se basa en la amabilidad, la firmeza y el respeto mutuo.
¿Cuáles son algunos de los beneficios que obtendremos educando de forma positiva?
Álvaro Bilbao nos dice algunos:
- Favorece la adquisición de valores positivos en nuestros hijos y en nosotros, al erradicar conductas tóxicas como el chantaje, los gritos y las actitudes desagradables.
- Niños responsables y con una autoestima sólida.
- Fortalecerá el lazo con nuestro hijo y en consecuencia nos ganaremos de manera saludable su cariño y respeto.
