La amistad desempeña un papel crucial en el desarrollo social y emocional de los niños. Y es que las amistades son mucho más que simples compañeros de juego, de hecho, son vínculos que pueden modificar la vida de nuestros hijos de maneras profundas y significativas. Por ello, es importante que fomentemos y apoyemos sus amistades, promoviendo un ambiente donde puedan establecer relaciones valiosas y saludables.
Ahora bien, cuando nuestros hijos sienten el rechazo de sus amigos, puede ser una situación delicada y emotiva que requiere una cuidadosa consideración y apoyo por nuestra parte, ya que los adolescentes siempre quieren pertenecer y ser aceptados. Por lo que es importante manejar estos episodios con sensibilidad y comprensión.
¿Qué hacer cuando rechazan a nuestros hijos?
Entre las pautas que nos ayudarán a acompañar a nuestros hijos en estas situaciones, la educadora social, especializada en adolescencia, Sara Desirée Ruiz, destaca:
- “No eches leña al fuego”, aconseja la educadora. En ese momento necesitan tranquilidad y alguien que les escuche, por tanto, permitamos que se desahoguen y expresen cómo se sienten. Evitemos decir expresiones como: “son mala gente”, “seguro que te tienen envidia”, “que les den”, “ellos se lo pierden”… Mejor utilicemos frases como: “pareces triste”, “da la sensación de que esa actitud de tus amistades te ha dolido”…
- “No des nada por hecho”, recomienda la experta. Generemos reflexión: ¿Están realmente seguros de que no les han incluido expresamente? ¿Qué cosas les hacen pensar eso? ¿Podría haber pasado alguna otra cosa que haya impedido que les tengan en cuenta? Ayudémosles a verificar si se trata de una interpretación de ellos o si hay evidencias de lo que dicen.
- “Aporta alternativas y opciones”, sugiere la especialista. Invitémosles a que envíen un mensaje, llamen o queden con la persona del grupo con quien se sientan mejor para comunicarle que se han sentido excluidos y preguntar por qué. Por ejemplo: “He visto que quedasteis ayer, ¿hay algún motivo por el cual no me lo dijisteis? ¿Hay alguna razón por la que no me incluisteis?”.
Con todo ello, cabe destacar que las amistades adolescentes son inestables y poseen una gran fragilidad, pero hay que evitar hacer críticas sobre ellas. En su lugar, animémosles a enfrentarse a lo que verdaderamente les preocupa, a entender que la situación puede cambiar, que la relación puede mejorar y que, si no lo hace, encontrarán a otras personas con las que harán amistad y que les tendrán en cuenta.
“Uno de los mayores aprendizajes en la vida es aprender a marcharse de un lugar que nos hace daño”, Sara Desirée Ruiz
Es decir, no siempre serán incluidos, queridos o aceptados en un grupo y es algo que deben aprender. Es más, “uno de los mayores aprendizajes en la vida es aprender a marcharse de un lugar que nos hace daño”, puntualiza la experta. Al fin y al cabo, las amistades cambian y evolucionan, y, en muchas ocasiones, solo se necesita tiempo para encontrar nuevas amistades con las que se sientan aceptados y valorados.
Nuestros hijos, por tanto, “tienen el control completo de con quién pasan su tiempo”, asegura la especialista. Así que, si alguien les trata mal o les hace cuestionar su valía de alguna manera, no tienen que quedarse esperando a que reconozcan su valor. Pueden y deben seguir adelante y encontrar otras amistades que realmente se preocupen y quieran estar con ellos, sin todo el drama y el malestar.
