¿Pasar la tarde en la biblioteca? Estos son los beneficios de un plan en peligro de extinción

Hoy se celebra el Día de las bibliotecas. Un lugar, cada vez menos frecuentado por niños, que debemos volver a "invadir" si queremos que nuestros hijos se "empapen" de todos sus beneficios. Los repasamos

Nos encantan los cuentos, queremos que nuestros hijos lean libros, que tengan ese hábito, pero al mismo tiempo ese amor por las letras. Que descubran mil y una aventuras entre sus páginas. ¿Y si compartimos con ellos un plan que no nos va a costar un euro, pero que va a suponerles un montón de beneficios? ¿Y si les llevamos más a menudo a una biblioteca? Hoy, 24 de octubre, se celebra el Día de las Bibliotecas. Igual no sabías que lleva solo un cuarto de siglo conmemorándose, concretamente desde que se decidió homenajear a la de Sarajevo, ya que cinco años antes fue destruida durante la guerra de Bosnia.

Los padres y madres siempre estamos pensando planes para realizar con nuestros hijos, que les aporten algo más allá del puro entretenimiento y, a poder ser, que no supongan para nuestro bolsillo un agujero demasiado grande. Pues bien, las bibliotecas son una excelente opción. No solo porque son un espacio público de conocimiento totalmente gratuito, sino porque muchas de ellas organizan eventos y actividades como cuentacuentos. Y, si no es así, al menos disponemos de una amplia oferta de libros, cuentos, DVD y demás material a nuestra entera disposición. Incluso podemos llevárnoslo a casa durante un tiempo si nos sacamos el carné. Es decir, acercan la cultura a nuestros hogares.

“Para volar, los pájaros tienen alas y los niños, libros”, dice Jaume Centelles.

Pero ¿qué otros beneficios aportan las bibliotecas a mi hijo?

 

A la ventaja económica de acudir a una biblioteca por el ocio gratuito que supone y al hecho de que constituya un entretenimiento en sí mismo, se suman otras bondades que seguro nos convencen de que es una opción ideal para estas tardes de otoño e invierno en las que las actividades al aire libre se reducen considerablemente:

  • Para empezar, enriquecen la mochila de recuerdos y vivencias de nuestros hijos al compartir momentos con ellos durante su infancia.
  • Potenciamos el vínculo afectivo cuando disfrutamos de instantes tan valiosos como este.
  • Crean un importante hábito lector, ya que despertará su interés por la lectura y su motivación por ella.
  • Aprenden valores de convivencia. Han de respetar las normas de un lugar público, como el silencio o tratar adecuadamente los libros o incluso, si son más mayores, a han de responsabilizarse de entregarlos en tiempo si los han tomado prestados.
  • Desconectan por un rato de las pantallas y las tecnologías y conectan con los suyos y con las historias que se esconden detrás de cada página.
  • Trabajan la imaginación, la concentración, el lenguaje, la curiosidad y la comprensión lectora.
  • Se relacionan con otras personas, sobre todo otros niños, aunque también adultos. Así, van a trabajar el vínculo interpersonal.
  • Aprenden a compartir un material que es para uso y disfrute de todo el mundo.
  • Comenzarán a generar hábitos de estudio que les será de utilidad en un futuro.
  • La lectura es la base de todo aprendizaje, no solo aprendizaje teórico, sino también para conocerse a uno mismo, comprender sus emociones y para posteriormente disponer de pensamiento propio y crítico.

Si les inculcamos esta actividad de pequeños, es mucho más probable que desarrollen una afición por la lectura e incluso por continuar acudiendo a estos lugares que si no lo hacemos.

Lo importante es escuchar al niño y prestar atención a sus intereses. No perdamos la paciencia ni la esperanza. No le forcemos, pero jamás le demos por perdido.

¿Y si a mi hijo no le gusta leer?

En ocasiones creemos que a nuestros hijos no les llaman nada los libros y no encontramos un cuento que les motive. Lo importante, como en esta historia, es escuchar al niño, prestar atención a sus intereses. Porque puede que los libros típicos que leen en la escuela o los que tiene en casa no le llamen la atención, pero igual le interesan los cómics o tebeos, o incluso las revistas adaptadas, o cualquier otro tipo de ejemplar distinto. Y, ¿cómo podemos saberlo?

Lo recomendable en este caso sería preguntarle por algo que le haya gustado y que viera en un libro: un animal, un personaje, una aventura… su respuesta nos podrá dar una pista de por dónde tirar la próxima vez que le presentemos un libro. Para este tipo de situaciones, acudir a una biblioteca es también una buena solución, ya que podrá acercarse de primera mano a todo tipo de libros y cuentos y puede que le sea más fácil encontrar uno de su gusto. No hay que perder ni la esperanza ni la paciencia. Eso sí, es importante no forzar. Pero nunca, nunca, le demos por perdido. Y es que, como dice el maestro de educación infantil Jaume Centelles, “para volar, los pájaros tienen alas y los niños, libros”.

 

En nuestra comunidad educativa podrás acceder a vídeos que te enseñarán cómo educar en el pensamiento crítico o cómo detectar dificultades de aprendizaje, entre otras herramientas. Accede a ellos a través de este enlace.

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Lara Fernández

Esta periodista que lleva ejerciendo 20 años en diferentes medios de comunicación escritos y audiovisuales cumplió en 2021 su principal sueño: convertirse en mamá de un niño. Fue también su gran lección de vida al darse de bruces con la AD y la AS. Tres años antes se había graduado como maestra de Educación Infantil y se había especializado en crianza y actividades sensoriales para niños. Todo ello le ha permitido desarrollar tres de sus grandes pasiones: la comunicación, la infancia y la educación. Tres pilares básicos porque, como ella misma suele decir:

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