Rafa Guerrero: “Somos a la vez maestros y aprendices de nuestros hijos”

El psicólogo y profesor ha presentado recientemente '¿Me acompañas?', un cuento para que padres e hijos tomen conciencia de la importancia que tiene el apego seguro y los vínculos y acompañamiento de nuestros pequeños.

Dice Rafa Guerrero que la crianza y educación en estos momentos se encuentra en un punto de inflexión, porque los padres y madres hemos de enseñar “inglés a nuestros hijos a la vez que nosotros mismos estamos aprendiendo inglés”. Es decir, hemos de ayudarles a desarrollar una inteligencia emocional al mismo tiempo que aprendemos a trabajar la nuestra. Ya que a nuestros padres, abuelos, bisabuelos… no les educaron teniendo presente ese pilar tan importante. Precisamente, para ayudarnos en ese difícil, aunque maravilloso, proceso, ha lanzado ‘¿Me acompañas?’, un cuento destinado más a los padres y madres que a los hijos, en el que el apego seguro es el hilo conductor de la historia.

 

El título del libro hace referencia a ese ‘acompañar’ que va más allá de llevarlos físicamente a los sitios…

El título lo teníamos claro desde el principio. Este cuento no es solo una historia, el reto que ha de superar una niña. Significa acompañar en la vida. Porque no consiste en empujarles ni física ni metafóricamente y tampoco en dejarles abandonados. Es  acompañarles a su ritmo. Vemos cómo los padres acompañan en todo momento a la protagonista y esperan a que esté preparada.

 

¿Tan importante es crear un apego seguro?

Es fundamental. El problema es que muchos de nosotros lo hemos aprendido muy tarde. Al final el apego es la relación primera que establecemos con nuestros cuidadores principales, es ese primer molde. Ese primer mensaje de cómo es el mundo en el que vamos a vivir. Ese atender a las necesidades, ese establecer relaciones… en muchos casos lo hemos aprendido con el paso de los años. Pero pese a haberlo aprendido muy tarde, es importante que seamos conscientes del apego que tenemos nosotros, de nuestro apego. Es verdad que no es sencillo reconducirlo, pero se puede y es un pilar fundamental para llevar una vida satisfactoria.

 

¿Entonces aún estamos a tiempo de crear un vínculo seguro aunque no hayamos sabido o podido hacerlo? 

Siempre. Afortunadamente estamos a tiempo. Siempre digo que lo importante es hacerlo y darse cuenta, que es lo primero. Si nos damos cuenta aparece la culpa, pero la culpa necesaria, esa que nos aporta esa conclusión de que no lo hemos hecho bien. Lo estamos haciendo todo lo bien que hemos podido. Y en este sentido hay que cambiar lo que conocemos tradicionalmente como culpa por la responsabilidad. Decir ‘sí, lo he hecho mal pero toca asumir balones, no echarlos fuera’. Porque no somos perfectos, nos toca hacernos cargo y ser capaces de aprender a acompañar a nuestros hijos, de guiarles en sus rabietas, de decirles ‘no’… Y si no podemos, busquemos ayuda en algún amigo, en algún familiar o en un profesional.

 

Nosotros, como padres, hemos de sostener y acompañar las emociones de nuestros hijos. ¿Qué pasa cuando a nosotros mismos nos cuesta sostener las nuestras y hemos de ‘pausarlas o controlarlas’ para poder atender las suyas y no desbordarnos?

Esa es la clave. Se supone que el adulto tiene capacidad de dejar en ‘modo avión’ sus conflictos y pausarlos por un momento. Debemos tener esa capacidad porque tus problemas como adulto no son competencia del niño. Debemos hacernos cargo de las vulnerabilidades de nuestro hijo, pero también de las nuestras. Venimos de donde venimos, no nos han ayudado a desarrollar nuestra inteligencia emocional porque tampoco la tenían nuestros padres, abuelos… nuestros antepasados. Estamos ahora en un momento de punto de inflexión, que conlleva un gran desgaste y esfuerzo, porque a la vez que ‘aprendo yo inglés le estoy enseñando inglés a mi hijo’. Estamos haciendo ese proceso, somos al mismo tiempo maestros y aprendices. Y eso hay que trabajarlo. Yo soy a la vez psicoterapeuta y paciente. Somos cuidadores, pero también nos tenemos que cuidar porque no somos máquinas. Somos personas que no siempre pueden cuidar. Y es importante que tengamos una red potente detrás, porque somos sociales y necesitamos de los otros, por eso es por lo que dicen que se necesita una tribu para educar a un niño.

“Debemos hacernos cargo de las vulnerabilidades de nuestro hijo, pero también de las nuestras. Somos al mismo tiempo maestros y aprendices, a la vez que aprendemos, estamos enseñando”, Rafa Guerrero

‘¿Me acompañas’? no es un cuento solo para los niños, ¿verdad? En él ofreces herramientas para nuestros hijos (en forma de preguntas y de situaciones) y para los padres (en forma de consejos)…

Siempre digo que escribo cuentos para los padres, porque como los cuentos se los leemos nosotros así, es una forma de llegar también a los padres. Muchas publicaciones mías las hago en versión para padres y versión para niños. Dentro del cuento, en las ilustraciones, encontramos un apartado de preguntas para tomar conciencia, y también tips o ideas para los padres, para que sean conscientes y conecten con todo eso. Para que se den cuenta de que lo que hacen los padres de Sira (la protagonista) no es que esté bien, sino que es necesario. Mi objetivo es que, a través de una historia, se hagan un examen, pero no desde la culpa, sino desde la responsabilidad.

 

¿Y a la hora de poner límites? Parece que nos cuesta porque no queremos ser demasiado autoritarios pero tampoco permisivos, queremos ponerlos con cariño y respeto pero ser firmes… Complicado ese equilibrio

Es muy difícil. No consiste en ser una familia caótica donde hacemos lo que queremos, pero tampoco es un cuartel militar. Qué difícil es el equilibrio, sí, pero la clave está en conectar con nuestro hijo. Hay nenes que necesitan pocos límites porque son menos impulsivos, más organizados… hay otros que es todo lo contrario. Con los adultos pasa lo mismo. Hay trabajadores que con dos o tres ideas lo sacan bien y hay otros que hay que estar encima porque tienen menos iniciativa. La clave es saber qué necesita tu hijo. ¿Entonces cuántos límites le pongo? Los que necesite. Como con las recetas. Depende de cada hijo. Hay que estar al servicio de sus necesidades. Según va creciendo igual hay que ir metiendo más límites. Pero lo fundamental es ofrecer seguridad, salud y respeto. Esos son los límites. Las necesidades van cambiando con nuestro hijo.

“La clave es saber qué necesita tu hijo. Lo fundamental es ofrecer seguridad, salud y respeto. Esos son los límites”, Rafa Guerrero

Muchos padres tenemos dudas de si estamos creando un apego seguro. Validamos emociones, las acompañamos, intentamos fomentar autonomía… y sin embargo seguimos con dudas de si lo estaremos haciendo bien, de si estaremos respondiendo a sus necesidades…

Siempre digo que hay que evaluar cada caso, pero si va bien en el cole, duerme bien, come bien, si no hay síntomas, si tiene una buena actividad física, si socializa bien… es que estás haciendo un buen trabajo.

 

Si quiere saber más, accede a nuestra comunidad en este enlace, donde te espera el curso de Rafa Guerrero, claves para desarrollar un apego seguro en tus hijos.

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Lara Fernández

Esta periodista que lleva ejerciendo 20 años en diferentes medios de comunicación escritos y audiovisuales cumplió en 2021 su principal sueño: convertirse en mamá de un niño. Fue también su gran lección de vida al darse de bruces con la AD y la AS. Tres años antes se había graduado como maestra de Educación Infantil y se había especializado en crianza y actividades sensoriales para niños. Todo ello le ha permitido desarrollar tres de sus grandes pasiones: la comunicación, la infancia y la educación. Tres pilares básicos porque, como ella misma suele decir:

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