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Francisco Castaño: “Hemos de comprender a nuestros hijos para poder educarlos”

Este profesor de Educación Secundaria nos invita a ser nuestra mejor versión como padres en su último libro.

Dice Francisco Castaño, profesor, orientador familiar y cofundador del proyecto Aprenderaeducar.org, que no existen soluciones mágicas ni respuestas para el “difícil arte de la crianza”. Pero sí hay algo en lo que todos los expertos coinciden: en que todo pasa por el apego. Por eso, asegura, hemos de recurrir al sentido común y ser conscientes de que nuestros hijos “nos miran” y valoran el mundo a través de esa observación. Una responsabilidad enorme, que podemos manejar con las herramientas más adecuadas gracias, entre otras cosas, a esta entrevista.

“Nuestros hijos “nos miran” y valoran el mundo a través de esa observación”, Francisco Castaño.

Haces que parezca fácil esta tarea que tenemos de educar a nuestros hijos, ¿cuál es el secreto?

Una cosa es que parezca y otra que lo sea. En realidad es fácil, si se tienen las cosas claras, educar. Al menos tener las estrategias para poner normas y límites, técnicas de comunicación, dar cariño y apego, enseñar responsabilidades y hábitos. Lo que ocurre es que en la educación de los hijos intervienen las emociones y los sentimientos. Y a veces lo fácil se convierte en no tan fácil. Entran dudas, hay sentimiento de culpa. Pero con las herramientas adecuadas se puede educar a los hijos disfrutando de ello.

 

“No por el simple hecho de tener un hijo se sabe educar”. ¿A educar se puede aprender?

Hay que tener recursos, herramientas, usar un estilo educativo que funcione para la hija o hijo en cuestión. Incluso con dos hermanos hay que hacerlo de forma diferente. Pero para esto nos hemos de formar. Se hacen cursos de formación para todo. En el trabajo, para aprender un idioma, para cocina… y para la responsabilidad más importante que tenemos en la vida, que es educar a los hijos, es necesario formarse. Sobre todo en la actualidad con todos los retos que nos propone la educación de nuestros retoños.

 

Podemos educar sin enfadarnos, parece una utopía, ¿cómo lo conseguimos?

El subtitulo del libro es la clave. Hemos de comprender a nuestros hijos para educarlos. O sea, si yo comprendo por qué mi hijo tiene una actitud determinada, hará que me cueste más enfadarme. Pongo un ejemplo para explicarme mejor. Mi hijo mayor tiene autismo y cuando vienen las familias a la consulta por mal comportamiento de sus hijos y están enfadados con ellos, les hago la siguiente pregunta: ‘¿Creéis que me enfado con mi hijo porque haga cosas de autista?’ La respuesta siempre es no. A lo que yo les digo, ‘¿entonces por qué te enfadas con tu hijo porque haga cosas de él?’ Otra cosa es que las deba hacer o no y nuestro trabajo es educarle para que las haga del modo adecuado. Pero si lo comprendo ayudará a no enfadarme demasiado.

 

“Cuando la diferencia entre lo que se tiene y lo que se desea es muy grande, no se es feliz”, Francisco Castaño

A ser feliz también se aprende. ¿Cómo aprendemos a serlo como padres para poder enseñárselo también a nuestros hijos?

Cuando la diferencia entre lo que se tiene y lo que se desea es muy grande, no se es feliz, ya que siempre se está en una constante insatisfacción. A los hijos les pasa lo mismo y en la mayoría de los casos los padres les van dando más, no solo me refiero a lo material, para que estén más felices. Pero el problema es que cuando más se les da, más aumentan sus pretensiones, por lo que no llegan a estar nunca felices. Sin embargo si se les enseña que no pueden conseguir todo lo que desean, hará que estén más satisfechos con lo que tienen. Esto les ayuda a ser felices y se consigue con límites.

 

Comprender no es permitir… ¿cómo evitar caer en esa fina línea que las separa?

Es tan simple como que yo comprendo que mi hijo adolescente quiera llegar a las 3:00 de la mañana, yo quería lo mismo a su edad. Pero aunque lo comprenda, ahora tengo el rol de padre y si creo que la hora coherente son las 00:00, no le voy a permitir que llegue a la hora que quiere, sino a la que considero adecuada.

 

¿Cómo hacemos para no caer en las mentiras de nuestro hijo adolescente?

Los adolescentes suelen mentir o manipular para salirse con la suya, conseguir algo que quieren o bien para evitar una regañina o una charla. Si se tienen unas normas claras y nos mantenemos firmes en ellas, hará que las mentiras y manipulaciones dejen de tener su efecto, por lo que dejarán de usar estas estrategias.

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Hoy seremos nosotros quienes te demos las gracias por confiar en nuestro trabajo. Mañana serán tus hijos quienes te agradezcan haberte formado en tu labor educativa y haber pensado en ell@s.

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Lara Fernández

Lara Fernández

Periodista especializada en Educación y maestra de Educación infantil
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Mª Jesús Álava, Helena López Casares, Borja Vilaseca, Antonio Ortuño, Félix Muñoz, Heike Freire, Gregorio Luri

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