Creemos que nunca nos va a pasar a nosotros (o a nuestros hijos), que son casos extremos o que el peligro no está tan cerca como nos pensamos. Pero nada más lejos de la realidad. Según el Consejo de Europa, uno de cada cinco menores será víctima de abusos sexuales antes de cumplir la mayoría de edad. Y, para más inri, el 70-85% de los abusadores son personas cercanas al entorno del menor: familiares, vecinos, maestros, amigos… Son, sin duda, cifras que ponen la piel de gallina y que no debemos ignorar. Como padres y madres, tenemos una labor muy importante para educar a nuestros hijos en el respeto al cuerpo propio y ajeno, en los límites y en el consentimiento.
Precisamente, para echarnos una mano en este tema tan complejo y hacerlo sencillo y fácil para nuestros pequeños, la psicóloga Carmen Esteban acaba de publicar un cuento titulado precisamente ‘Consentimiento’, en el que un erizo, Enzo, vive un chantaje emocional de besos y abrazos por parte de una persona cercana que le hacen ponerse en alerta, sentir vergüenza y culpa y experimentar todo tipo de emociones. Y es que los cuentos son una herramienta imprescindible para comenzar a acercarnos a este tema con nuestros hijos. ¿Qué más podemos hacer?
P. Las cifras son aterradoras y muchos padres vivimos con ese miedo, que nos lleva a sobreproteger a nuestros hijos. ¿Cómo lidiamos con ese temor sin tenerlos en una burbuja?
R. PREOCUPACIÓN es una palabra que me encanta porque en la misma palabra tenemos el prefijo “pre” que significa “antes de.” Por eso, preocuparnos es lo que nos lleva a ocuparnos de algo. Estoy de acuerdo en que es una cifra alarmante, pero es una cifra actual. Estas cifras son necesarias para darnos cuenta de que es un problema del que no éramos conscientes y que por ello es urgente poner medidas preventivas y de detección. Educando a nuestros hijos en la prevención de abuso sexual infantil y aportándoles herramientas para detectar cuando alguien no está respetándoles, ya estamos ocupándonos de la problemática y nuestro miedo disminuye. Ahora bien, el miedo a que esto pueda ocurrir no va a desaparecer al 100% porque este miedo nos ayuda a cuidarles y a estar atentos a posibles riesgos. Debemos entender este miedo controlado como un aliado de la educación.
P. Una de las recomendaciones es que le cuenten a un adulto en el que confíen lo que están viviendo, ¿pero y si el adulto en el que confían es el propio abusador?
R. Es importante que el niño aprenda a detectar a más de un adulto en quien confíe y en diferentes contextos (escuela y familia por ejemplo.) De esta forma, si uno de ellos es el propio abusador, tiene otras alternativas donde recurrir.
P. En ‘Consentimiento’ tratas las emociones ligadas a las relaciones con los demás, ¿qué hacemos cuando un niño es demasiado pequeño para identificarlo o le da vergüenza contar que está sintiéndose incómodo con algún adulto?
R. Es importante trabajar educación emocional desde bebés. Validar sus emociones y enseñarles que las emociones desagradables pueden avisarles de algún peligro.
P. Las emociones van relacionadas con un semáforo en el que se encuentra la luz verde o la luz roja. ¿Asociar las emociones a los colores les ayuda a identificarlas mejor?
R. En los casos de ASI, los abusadores suelen ser personas cercanas del niño, por eso es normal que los niños puedan sentir emociones desagradables (miedo, culpa, vergüenza) pero que no las identifiquen porque queden enmascaradas por otras más agradables (confianza o amor.) Las emociones pueden coexistir y por eso es fundamental enseñar a los niños que si una emoción desagradable aparece, deben hablarlo con un adulto. El semáforo es una herramienta sencilla y muy visual para que los niños diferencien las emociones agradables de las desagradables y así les resulta fácil identificar cuándo se están sintiendo mal.
P. El chantaje emocional es un gran melón, porque a día de hoy hay adultos que lo practican casi sin ser conscientes. ¿Cómo podemos trabajarnos los adultos esa parte para no caer en ‘lo que se ha hecho toda la vida’?
R. Las madres y los padres de hoy tenemos un rol muy complicado, ya que somos la primera generación que decide de forma consciente romper con un modelo de educación autoritario en el que el chantaje emocional y el “porque lo digo yo y punto” eran las bases de la educación. Los adultos de hoy tenemos que desaprender un modelo y desde ahí volver a aprender otro modelo muy diferente, el modelo democrático, el cual entiende que los niños tienen derechos y por ello se les escucha y respeta. Por eso, es normal que muchas veces, de forma inconsciente, a los adultos que queremos educar de forma democrática de forma automática e inconsciente nos salga chantajear, es algo que aprendimos desde niños. La solución está en educar de forma consciente y sin culpas.
P. Hay padres que ya se plantean si dejarles dormir en casas de amigos o de familiares pensando en estas cifras. ¿Cómo lo gestionamos?
R. En mi opinión, tampoco podemos vivir en hipervigilancia constante. Debemos ser conscientes de los riesgos y de cómo trabajar con los hijos la prevención y detección, pero tampoco hace falta irnos al otro lado del extremo. Los abusos sexuales en la infancia no solo suceden durante la noche, también pueden darse durante el día y no por ello vamos a aislar a los niños de cualquier actividad. Lo importante es trabajar la prevención y que nosotros sepamos identificar los indicadores de riesgo.
P. ¿Y si aún educando a nuestros hijos y estando alerta con las señales llegamos tarde a una situación de abuso?
R. En este caso debemos hacer un trabajo autopersonal muy importante para no sentirnos responsables. La única persona responsable es el adulto que comete esta agresión. Nuestro rol es creer al menor, acompañarle en el proceso y tomar las medidas de protección para que la situación termine.
“Las escuelas deberían incorporar en el currículum una asignatura extracurricular donde puedan tratar diferentes aspectos relacionados con la salud mental desde que son pequeños”, Carmen Esteban.
P. Parece que estamos más concienciados en la educación sexual de nuestros hijos y alumnos, en enseñar los límites, en nombrar las partes íntimas… ¿vamos por buen camino o queda mucho por hacer?
R. Ambas: Vamos por buen camino aunque queda mucho por hacer. La educación sexual es un derecho y cada vez hay más desafíos y desinformación con las nuevas tecnologías. Las escuelas deberían incorporar en el currículum una asignatura extracurricular donde puedan tratar diferentes aspectos relacionados con la salud mental desde que son pequeños. Hasta ahora lo que se hace (y si se hace) en la mayoría de las escuelas, son charlas puntuales que pueden ayudar, pero que no tienen mucho impacto porque es contenido que se olvida fácilmente e impartido por alguien a quien apenas conocen.
