No hay colegio perfecto. No. No hay colegio perfecto como tampoco hay madre o padre perfecta, o pareja perfecta. Es la primera premisa que tenemos que tener en cuenta a la hora de buscar el centro más adecuado para nuestros hijos.
No hay colegio perfecto como tampoco hay madre o padre perfecta, o pareja perfecta.
Y es que cuando llega este momento, trascendental en nuestras vidas, pero más trascendental en la de nuestros hijos, nos invade un sentimiento de responsabilidad (y de culpa, como siempre) que no se lo deseamos a cualquiera. ¿Por dónde empiezo a mirar? ¿Público o privado? ¿bilingüe o no bilingüe? ¿Ratios, cocina propia, protocolo de bullying, diversidad, atención a las necesidades educativas, número de líneas, control de esfínteres, deberes sí o deberes no, pantallas sí o pantallas no, exámenes sí o exámenes no, proyectos, metodología, jornada partida o continua…? Es que la lista es eterna.
Lo bueno es que no se trata de una decisión irrevocable, que en un momento dado si nos equivocamos podemos rectificar, podemos cambiar. Y eso nos ha de dar un plus de tranquilidad.
Ahora bien, lo más útil y lo que puede ayudarnos más es hacer una lista con los pros y contras de cada centro que estamos analizando. Y en los que podemos incluir datos como estos, que nos facilita Sara Noguera, maestra, especialista en crianza respetuosa y madre de cuatro niños:
- La distancia, tanto por logística y comodidad familiar, como por vínculos, y el horario
- La renovación constante de profesorado y su formación
- El tipo de comida (si es propia, si es catering, si tiene cuidado con las alergias…)
- Las actividades que realizan (si son guiadas, si hay deberes, si usan pantallas…)
- Los departamentos de detección y prevención a distintas situaciones: bullying, necesidades educativas especiales, educación en valores, servicios complementarios…
- La metodología que utilizan y proyecto educativo de centro
- El respeto a las necesidades individuales y los cuidados
En nuestra lista hay, quizá, un aspecto clave a la hora de elegir centro escolar, y es el que más nos debería pesar en un momento como este. No es otro que el ‘feeling’, la impresión, la confianza que nos transmite y lo acorde que está a nuestro estilo de crianza y a nuestras características familiares, que serán probablemente diferentes a las características de cualquier otra familia. Porque la base es que si no confías en ese centro y en esos maestros, ¿cómo vas a dejarles a lo que más quieres en el mundo durante tantas horas al día?
Si no confías en ese centro y en esos maestros, ¿cómo vas a dejarles a lo que más quieres en el mundo durante tantas horas al día?