Sara siguió su ponencia hablándonos de la rutina, esa que nos da cierta estabilidad y seguridad en la vida, pero que a la vez nos duerme, nos convierte en autómatas. Ella, a los años de perder sus pies, se encontraba metida de nuevo en la rutina, hasta que llegó otro cambio a su vida: la detectan cáncer de tiroides. Y ahí es donde, según dice, la cabeza le hace clic y se da cuenta de que la vida es eso: cambio.

“Hay que explicar eso a nuestros niños. Hay que hablar de las cosas que pueden ocurrirnos, sin darle dramatismo, sino como lo que son: cosas que nos pueden ocurrir”.