Escenas educativas 49: “Actúa con inteligencia, habla bien de tu colegio”
Sabemos que cuando centramos nuestras energías en criticar amargamente (y a sus espaldas, muchas veces) a los profesores en lugar de colaborar con ellos para buscar soluciones a problemas o malos entendidos, los grandes perjudicados de este desencuentro son nuestros hijos. Sobre esto va una escena educativa real que comparte con nosotros el director de Gestionando hijos, Leo Farache.
Habían quedado para cenar con unos amigos. Empezaron hablando de política, de dinero, de fútbol…..hasta que llegaron a hablar de sus hijos. No hablaron de nada más durante toda la cena.
-No lo entiendo -se queja Inés, la madre de Nicolás y Julia.- El colegio cada vez va a peor, los profesores no están encima de los chavales y encima castigan sin ningún criterio.
Armando, el marido de Inés no parece muy contento con la valoración de su mujer, pero prefiere no disentir. Sabe que es un tema espinoso donde la discrepancia está “premiada” con una mala cara y quizás algo peor.
-¿Han castigado en el cole a alguno de los vuestros? ¡No me lo creo!- dice con algo de sorna, Roberto, marido de Virginia, amiga de Inés.
-No lo digo por los míos – se defiende Inés.- Castigaron a Nicolás por un asunto menor. Según dice el profesor, que ¡vaya desastre de profesor!, estuvo hablando durante todo el día. Seguro que habla, pero con lo tímido que es, seguro que había quince más hablando por los codos. Pero los profesores tienden a atacar al más débil. El colegio no sabe dirigir a los alumnos.
Roberto apreciaba a Inés pero era incapaz de no pensar en lo ridícula que estaba siendo con su valoración sobre el colegio. Por eso, sugiere otro pensamiento…
-Inés no es bueno que hables así del colegio y los profesores. Creo que los profesores y nosotros, los padres, debemos intentar llevarnos bien, trabajar juntos. Es posible que se equivoquen, como te equivocas tú en tu trabajo o cualquiera de nosotros.
-Sí, sí ….- dice con cierto desdén Inés-. Claro que me equivoco en mi trabajo, pero ¡equivocarse tanto! Si tú supieras cuánto se equivocan estos que se hacen llamar educadores….
Ella y Roberto estaban capitalizando la discusión. Armando estaba muy cómodo viendo como Roberto decía lo que él no se atrevía a decir. En cambio, Virginia no se sentía a gusto. Sabía que su marido tenía razón pero veía que Inés se sentía incómoda con los argumentos de Roberto.
-Mira, Roberto – retomó Inés – nos hemos confundido de colegio y ya está. El director no quiere trabajar, los profesores pasan de los alumnos y por muy bien que estén en el ranking de El Mundo, el colegio es malo de solemnidad.
-O quizás es que todos los colegios son malos – le reprendió Roberto ante la sorpresa de Virginia.- Creo que tu actitud tan quejica con el colegio es poco inteligente, Inés. Si tienes algún problema con el colegio trabaja con ellos para llegar a un acuerdo y trata de aceptar que ellos son los que saben de educación. Y sobre todo, ¡sé egoísta! y no critiques a tu colegio, al colegio de tus hijos. Al revés, habla bien de ellos, verás cómo te sientes parte del equipo y encuentras a los profesores, al director y a todo el mundo mucho más receptivo de lo que tú te crees.
-¡Eso es lo que le digo yo!- salta Armando, arriesgándose a una discusión de pareja cuando se monten en el coche de vuelta a casa-. Hay que dejar de quejarse amargamente del cole y colaborar para encontrar soluciones.
-¡Sé egoísta! ¡Habla bien de tu cole!- repetía Roberto, como si de un mantra se tratase.
¡Ya te puedes apuntar a nuestro encuentro! Seguro que tus hijos agradecerán verte con las pilas cargadas de ilusión por educar