“Primero haz algo que te sirva y después haces lo que quieras”

Leo Farache, director de Gestionando Hijos, nos cuenta la historia de Pepe, un niño que quería ser escultor y que no contaba con el respaldo de sus padres, que querían que estudiara algo que le fuera útil.

Descubrir el talento de tu hijo. En este artículo te proponemos desterrar una frase muy común…

Pepe tenía doce años cuando empezó a mostrar interés por el arte. Su familia es culta, con dinero, amante – como espectadores – del arte en casi todas sus expresiones.  La habilidad para los negocios, su audacia y carácter emprendedor había permitido que el padre sacara adelante – sin ninguna apretura – a una familia de seis hijos. La madre, como la mayoría de las madres de los años ochenta – se dedicaba a “sus labores”. Nadie en la familia había manifestado  –hasta entonces –  interés por dedicarse profesionalmente al arte. Pepe decía que quería ser escultor.

  • Ya se le quitará – solía decir el padre a la madre. “Los niños a esta edad tienen propensión a imaginar de forma idílica y todavía no tienen los pies sobre la tierra”.

Pasaron los años y Pepe seguía interesado en ser escultor. Era habilidoso con las manos, tenía imaginación, devoraba los libros de escultura, aunque no había podido ejercitarse. El colegio, el inglés, las clases de tenis, los viajes con la familia dejaban poco espacio para profundizar en ese continuo hormigueo que le acompañaba sin cesar. Quería ir a una escuela para aprender, dedicarse al mundo del arte, hacer bellas artes y así se lo planteó a su padre.

  • ¡Qué bien que tengas esa bonita afición, hijo” – le animó de primeras el padre. “Ser artista es las cosas más bonitas que se pueden hacer, aunque también de las más difíciles”.
  • Lo sé, papá – asintió expectante el hijo.
  • Tú querrás ganarte la vida, tener familia… por eso quiero darte un consejo que creo que es muy bueno- “la vida es larga, primero haz algo que te sirva y después haz lo que quieras”.
  • ¿Y qué es algo que me sirva?
  • Te recomiendo empresariales, con eso tienes el futuro asegurado y cuando ya tengas eso, te dedicas a lo que quieres.

Pepe influía tanto en su hijo que no hubo discusión. Al adolescente le pareció que el argumento del padre estaba bien elaborado y que si quería ser alguien en la vida – como su padre- debería “empezar estudiando algo que sirviera”.

No lo hizo mal como ejecutivo pero por su sangre bullía su vena artística. Ha tenido suerte y ahora ejerce de lo que él quería ser. Pero muchos otros hicieron primero lo que les servía y hoy sufren las consecuencia de no encontrarle ningún sentido trascendental a lo que hacen.

Las madres y padres tenemos dudas… que son más que razonables

¿Qué harías tú si tu hijo te plantea que quiere cursar unos estudios que aparentemente le van a colocar en una posición de dificultad en cuanto a su empleabilidad se refiere?

¿Cómo encontrar el difícil equilibrio entre sus gustos y su futuro?

En nuestra labor de orientadores es conveniente eliminar nuestros prejuicios y creencias, observar e informarnos.

Mi experiencia personal

Nuestro hijo mediano es aspirante a compositor musical.. y él mismo “amenaza” – entre risas – con quedarse en casa toda la vida porque “de músico es difícil ganarse la vida”.  Pero no es del todo cierto.. hay muchas profesiones que necesitan de la música o de personas que tengan sensibilidad musical. Hay muchas posibilidades de emprender, de dar clases, de asociar la música con otra actividad (mira el extraordinario caso de Salva López ).

Lo importante ahora es que estudia todo el día algo que le apasiona y algo bueno tiene que salir de eso.

Nosotros no tuvimos ninguna duda en animarle a hacer lo que le gustaba. La alternativa – en su caso – hubiera sido la infelicidad. Quizás él tuvo más dudas que nosotros… algunos de sus amigos le decían la frase prohibida “haz algo de utilidad, ya tendrás tiempo de tocar toda tu vida”. No sabemos si se ganará la vida más o menos bien, tampoco nos preocupa. Está disfrutando y labrándose un camino (nadie dijo que fuera fácil… ¡afortunadamente!)

Actuar

Sigue los consejos de Noelia López-Cheda, que tanto ha hablado sobre esto en nuestros talleres y eventos. A mí se me han quedado grabados:

  • Observa a tu hijo y descubre de qué color es. Si mi hijo tuviera cero habilidades musicales  y nos distinguiera una nota musical de otra después de horas de academia mi obligación hubiera sido animarle a escoger otro camino profesional  y hacerle ver que tiene otras habilidades.
  • Descubrir su pasión, aquello que le encanta, que le mueve. Para eso hay que darles a probar muchas cosas.
  • Investiga cómo va a poder convertir sus habilidades y su pasión en algo que le permita vivir.

 

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Leo Farache

Nacido en Madrid, de la añada del 63. Su vida profesional ha estado ligada al mundo de la comunicación, gestión, marketing. Ha dirigido algunas empresas y escrito tres libros (“Los diez pecados capitales del jefe”, “Gestionando adolescentes”, “El arte de comunicar”). Ha ejercido de profesor – “una profesión que nos tenemos que tomar todos más en serio” – en la Universidad Carlos III, UAM y ESAN (Lima) en otras instituciones educativas. Es padre de tres hijos y ha encontrado en la educación su elemento. Fundó en 2014 la empresa Educar es todo desde donde opera esta iniciativa cuyo objetivo es ofrecer ideas e inspiración educativa a madres y padres que quieren saber más para educar mejor.

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